Estrés

Nuestro día a día se caracteriza por rápidos cambios, presión por rendir, falta o exceso de exigencias. Prácticamente nadie está a salvo de todo ello. El estrés nos perjudica, sobre todo si dura en el tiempo, tanto si lo causa una situación profesional o familiar, alguna enfermedad, padecimientos crónicos, conflictos psíquicos o pequeñas broncas constantes. Cualquier experiencia estresante nos puede agobiar incluso aunque la situación que lo desató haya pasado. Cualquier experiencia negativamente procesada – enfermedad, separación, derrota etc. – puede permanecer activa en el sistema nervioso.

Si a esto le sumamos la falta de descanso y de desconexión, puede darse una sobrecarga que nos produce un sobreesfuerzo. Cuando el cerebro no puede ordenar razonablemente el exceso de demandas e impresiones, se produce la sobrexcitación: El sistema motor se dispara y el sistema de relajación ya no aguanta. La consecuencia son palpitaciones, estrechamiento de los vasos sanguíneos y alteraciones del sueño. El sistema inmunológico se derrumba, la líbido se reduce y la vida empieza a no ilusionar.

El estrés no solo bloquea el sistema energético propio del cuerpo, sino que es responsable de gran parte de las denominadas enfermedades derivadas de la civilización (p.ej. patologías cardiovasculares).

La oferta que le ofrezco incluye apoyo a la hora de:

• Identificar su propio comportamiento ante el estrés

• Reconocer mentalidades y márgenes de maniobra

• Aprender a prevenir mejor el estrés

• Superar su propio estrés y

• Conocer el método del golpeo de los meridianos (psicoterapia energética)